Época: China
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
Dinastías Sui y Tang

(C) Isabel Cervera



Comentario

Los metales preciosos, oro y plata, alcanzaron su autonomía con los Tang, pues hasta entonces sólo se habían utilizado como complemento a otros materiales, como en el caso del bronce y las incisiones de oro y plata que en él se hacían para su decoración. En este proceso tuvo mucho que ver la apertura de las fronteras chinas y el lujo cortesano de los siglos VII y VIII. A diferencia de las piezas en cerámica, el oro y la plata, por su elevado coste, no se utilizaron en los ajuares funerarios. En el primer período de la dinastía Tang, hasta la rebelión de An Lushan (755), las formas de los objetos en plata y oro continuaron la tradición china: artículos de tocador, joyas, cubiertos y palillos, tijeras... La decoración fue principalmente de carácter vegetal muy simplificada hasta la adopción y asimilación de motivos extranjeros. El loto, flor asociada hoy a China, pero de procedencia india, siendo símbolo del budismo, fue uno de los temas más repetidos, junto con la vid y la palma ambos entrelazados en roleos vegetales, donde no faltaban animales. Fueron dispuestos guardando un esquema geométrico propio del arte sasánida, insertos en grandes pétalos o formas circulares. Las formas también se transformaron: aparecen cuencos con los bordes polilobulados, botellas de cuello alargado llamadas baoping (botellas de ambrosía), procedentes de la India y que aparecen en las pinturas murales de Dunhuang, en manos de divinidades budistas, conteniendo ambrosía: el agua de la vida y la inmortalidad. Junto a ellas, espejos de boda, por la asociación simbólica de sus motivos decorativos: parejas de aves, y motivos de paz, felicidad, armonía y prosperidad.Tras la rebelión de An Lushan, la producción artística se vio amenazada por la falta de estabilidad interna y los desórdenes militares en las fronteras, que impidieron la importación de oro y plata. El barroquismo de copas y botellas dio paso a la simplicidad de cuencos y cajas, donde se huía del horror vacui, dejando al descubierto los bordes de las piezas o intercalando mayor espacio entre los motivos decorativos. La producción de objetos de oro y plata disminuyó en los últimos años de la dinastía, al igual que las demás artes, teniendo que esperar casi un siglo para reiniciar una tradición que nunca volvió a recuperar su esplendor.Dentro de las artes del metal, el bronce recuperó en las dinastías Sui y Tang la valoración material que tuvo con las dinastías Shang y Zhou. Constituye un magnífico ejemplo de la característica asimilación del pueblo chino. Un material ancestral, ligado íntimamente a los primeros ritos, va a dar forma a las divinidades de una religión extranjera: el budismo. El bronce fue utilizado como una réplica a las esculturas de las grutas budistas, reproducidas en menor tamaño y de uso privado. Se representó a todo el olimpo budista: el Buda Sakyamuni, Vairocana, Maitreya, Avolikitesvara, y a divinidades menores, sentadas o de pie, adquiriendo los volúmenes gran sentido plástico al abandonar la frontalidad de las siluetas.